La música en el desarrollo del menor.


                                        LA MÚSICA EN EL DESARROLLO DEL MENOR

 • Antes de nacer: todo parece indicar que el feto, ya a partir de los seis meses, es capaz de percibir ciertos hechos sonoros (latidos y flujo sanguíneo, voces cercanas como la de la madre, pulsos rítmicos e incluso música emitida desde el exterior); obviamente, estos le llegan de manera algo distorsionada.
• Hasta los 2 años: el niño responde con intensidad a la voz (como prueba de ello, la reacción ante las canciones que los adultos le dirigen, pero también a las posibles reconvenciones, juegos de implicación y comunicación con la voz, ruidos...), aunque todavía no está preparado para realizar acciones instrumentales de cierta sofisticación (es decir, acciones que requieran de psicomotricidad eficaz).
• De 2 a 4 años: es el periodo en el que el niño comienza a descubrir con mayor intensidad tanto el mundo que lo rodea como su posición en el mismo; época, por lo tanto, de reafirmación. Ya se puede permitir las acciones instrumentales sencillas, y aprecia en mayor grado la ayuda que ciertos objetos (como narraciones y juguetes) aportan a la asimilación.
 • Hacia los 5 y/o 6 años: es la época de mayor intensidad en sus vivencias, ya que está a las puertas de Primaria.
 • Desde los 6 años, la sofisticación de la identidad musical (reconocimiento y manejo de los elementos de la materia) será cada vez más profunda, intensificándose en paralelo a la sofisticación de la identidad personal del alumno.

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